miércoles, 3 de noviembre de 2010

México: el viaje que comienza al salir del laberinto 1

Y sí, no hay plazo que no se cumpla y los compañeros ecuatorianos se han marchado. Detrás quedan una excelente experiencia artística y un arduo trabajo de crecimiento personal (¿espiritual?).  Como continuación de lo sucedido en Ecuador, me ví muy exigido en el territorio de la ética sentimental. Básicamente estoy contento, satisfecho, íntegro. No me quedé sin voz, no fui "prudente", pero no me desdije de actos, ni de apuestas, ni de consecuencias y transité la difícil situación con la mayor fineza que me fue posible. Fineza: escuchar las voces de la propia urdimbre sentimental sin empozoñarle la alegría afectiva a los otros. ¿Amar con gentileza no es un hecho civilizatorio? ¿Para qué inventó la especie las aventuras del amor si no es para construirse con "mayor perfección del ser" -diría Spinoza-? Brindo por Baruj, Blas, Friedich y Ety, mi eternamente querida Ety Hillesum, quizá descendiente radicalmente consecuente del buen Hilel (y que entienda quien deba y quiera entender). Abro la puerta del laberninto de ese que fue un devaluado amor y a mí mismo me sonrío para regalarle esa estrella depurada a quien con la plata brillante de su inteligencia y compromiso me sonríe...

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