domingo, 19 de septiembre de 2010

Ecuador: el viaje a la semilla en el oráculo del espejo vacío (papeles de viaje 5)

Texto sobre el delirio que es también una carta.

A partir del hecho evidente del mucho peso que los trabajos de amor han tenido en estos papeles de viaje, no me oculto que en la historia de Marusa y quien escribe, la centralización del lugar de enunciación ha sido mía. Asunto que es también una cuestión de poder y de la que me hago cargo con la pretensión de trascender ese monopolio. Vuelvo a decir que si bien no eludo el hecho de que toda narración es ya una interpretación y una posición frente a lo relatado, en lo que he escrito sobre esta historia he procurado en el acto mismo de enunciar evidenciar su circunstancia, para quitarle cualquier imagen de solidez absoluta. Pero, sea como sea, sigue siendo mi palabra.Invito entonces a Marusa, en este caso por escrito, como ya lo he hecho antes cara a cara, a que, si así lo desea, haga uso de este espacio para ocuparlo con su palabra. No la comentaré, ni mucho menos, la someteré a censura. No la voy a borrar -ni por mi cuenta, ni por obra de manos amigas-.

Tampoco se me oculta que hay mucho de delirio, quizá, en esta necesidad radical de asumir la transparencia como un hecho político fundamental en el terreno de la densidad de la vida cotidiana. Sigo pensando y viviendo que lo "personal es político" y que lo público y lo privado no son esferas que puedan pensarse antinómicamente. Recuerdo la excelente película de Bellochio "La amante de Musolini" que escudriña muy bien las relaciones entre las lógicas mutuamente imbricadas y mutuamente "producientes" de los dos ámbitos.En este viaje me juego y empeño, lúcida y alocadamente.

Pero también he pensado que si este énfasis en lo privado, no es resultado también de una derrota generacional: la importancia de lo íntimo se nos magnifíca porque es el único territorio en el que podemos incidir, o mejor dicho, producir, crear. Derrotados en lo macropolítico es el terreno de la ética en la vida cotidiana, en el diario conversar y tropezarse de los prójimos, el que se presenta como ineludible y como casi único posible. No me parece mal, y, entre otras cosas, considero que la izquierda erosionó mucha de su presencia social precisamente por este olvido de la congruencia moral cotidiana, que fue eludida por dos vías:1) por la del sacrificio que nos permitía desatendernos de los compromisos cabales con la vida densa o 2) por los abusos autoritarios cargados a la necesidad de "no dar armas al enemigo".

Quizá nos estemos enfrentando a la posiblidad de arraigar la lucha revolucionaria no en la herencia cristiana del sacrificio ni en el sórdido sentido común de la eficacia burguesa, sino en la reivindicación de las amplias posibilidades de un individuo que desea ser feliz en la vida presente. El problema es cómo trascender los límites actuales de la individualidad imbécil del homo consumens (Bauman dixit) para acercarnos al yo-tú juniloso de la confianza de quien se sabe sostenido por, y sostenedor de, el otro en esta vida.

En fin..., quizá todo esto sea banal y con seguridad expresado de manera simple... Sólo recuerdo que varias de estas ideas y sentimientos me conmovían cuando junto a Marusa, en Quito, asistíamos a la exhibición de un  película de Helena Taberna sobre las vicisitudes de la lucha de ETA enunciadas desde las ganas de construir un proyecto personal autónomo de una de sus mejores militantes.

Vida social, vida pública, el amor, la esperanza, el dolor, la utopía, el presente... nuestra vida.

2 comentarios:

  1. Querido Javier, eres todo menos simple o banal, te sigo en la lectura de este texto, de tus palabras y tus ojos buscando respuesta, ... mis opciones no son tus opciones, no hagas caso de mis palabras prontas y sin quererlo, tal vez superficiales.

    Sólo te sigo, te acompaño y deseo que encuentres TU respuesta...

    Cariños

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  2. Gracias Luciano. Es muy sanador saberse escuchado con cuidado.

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